Nuestra opinión es que todas las compañías de seguros tienen convenios entre ellas, y por el propio interés de la compañía lo que quieren es cerrar el caso cuanto antes y en la menor cantidad posible. Tanto el tramitador como el abogado de compañía son empleados de la misma y su interés es el de la compañía, no el de la víctima, que a la vez es su asegurado.
Dentro de la propia póliza de seguro existe siempre una cláusula donde la compañía cubre la mayoría de los gastos de contratación de un abogado particular. Solo faltaría que el asegurado no tuviera la libertad de decidir que abogado debe defender sus derechos. Por tanto, los honorarios de un abogado particular pueden recuperarse en todo o en parte gracias a la cobertura por defensa jurídica que está incluida en las pólizas de seguros, que va a cubrir en todo o en parte la minuta del abogado particular que elijamos y asegura que un experto consiga la máxima indemnización por accidente de tráfico.
Si la víctima se decanta por buscar un abogado especialista en indemnizaciones por accidente, las ventajas son:
Se trata de profesionales independientes que “no se casan con nadie”, completamente ajenos a las aseguradoras, y son abogados especializados en indemnizaciones por accidente, que han estudiado la materia y que ponen al servicio de la víctima todos sus conocimientos.
El interés de un abogado va unido al de su cliente. Un abogado particular va a pelear por conseguir la mejor indemnización por accidente de tráfico, y se involucra en el caso a todos los niveles, facilitando al lesionado todos los medios que necesite para restablecerse.